Salida de la quinta dimension en una nave pequeña

Así como el ejército de la Luz engañó a Ramavaján, a mí también me obligaron a venir


Despidiendo a los amigos

CDMX, 1/10/2012. Este día tuve un sueño aterrador, donde mi inconsciente me mostró elementos del presente que se combinaron con una situación que ocurrió vidas atrás (en otra dimensión). Estábamos en un espacio abierto, me sentía contento porque fui a despedir a dos de los guerreros que iban a participar en la batalla contra Ilsravé. Ellos iban a descender al tercer plano escondidos en una nave pequeña, era un vehículo oxidado y viejo que transportaba artistas o cantantes (los pasajeros serían: mi amigo Ramavajan y un soldado que había sido entrenado específicamente para ayudarle -pero que, por alguna extraña razón, aún no había llegado).


Hora de partir

Era el momento en que debían abordar la nave, viajarían agazapados en la parte trasera de la chatarra galáctica en condiciones muy incómodas (Ramavaján siempre ha sido muy osado y a él no le importaba eso, con tal de cumplir su cometido). En eso se me acercó y me dijo: ´¿ves esa nave pequeña? En esa nos vamos, ¡pero ahora! -me gritó. ¿Qué? -contesté desconcertado. No supe qué decirle. ¿Yo por qué?... -porque estás aquí y mi pareja no vino. Tú conoces lo delicado que es este plan y hay que salir en este momento. Haz una llamada y súbete al transporte! -me reprendió con autoridad y la gravedad del momento.



El origen de mi angustia y de mis miedos

Aunque los Maestros Ascendidos me habían insistido que ayudara en esta tarea, yo les había explicado que no me sentía capacitado. Se requería de guerreros del nivel de Oleg de Olama, seres muy valientes y yo, la verdad, no tenía las agallas requeridas para atacar al ser más maligno jamás creado. Ramavaján me vio con ojos amenazadores, había que partir de inmediato. ¿Y mis seres queridos, mi esposa? ¿En qué momento iba a comunicarme con ellos para despedirme? Me puse muy nervioso y nuestro líder me pasó un teléfono -y yo que no soy bueno con la tecnología. ¿Qué iba a decirles? Hola, tengo que bajar a un planeta desconocido del que seguramente no voy a volver jamás, donde es posible que me haga pedazos el Anticristo. ¿Y qué iba a pasar con ellos? ¡¿Qué hago?! -mi tensión aumentó al ciento por ciento.


El blackout

Traté de marcar el teléfono pero no pude. Entonces perdí la memoria de lo que ocurrió, no sé si pude avisarle a mis seres queridos o no. Estaba agazapado, abrazando mis rodillas, en un rincón de la parte trasera de la nave y sentía un miedo inenarrable. En mi interior sabía -porque yo había ayudado a diseñar esta misión- que esto no va a ser nada fácil y que iba a doler, bastante. Había dejado atrás mi tranquilidad, mi felicidad y mi familia. Entonces desperté.

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*Después me enteraría, aquí encarnado en la Tierra, que todo esto fue planeado para obligarme a venir aquí. Al igual que Ramavaján, también fui engañado (tenía que traer esas energías para participar en el combate, lo quisiera o no).