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Los seres humanos nos protejemos con máscaras de soberbia que impiden que mostremos nuestro verdadero ser
CDMX, 1/03/2009. Pocos días después de que Ramavaján venciera a Ilsravé, nuestro líder reflexionaba sobre las muchas dificultades que había tenido hasta ese momento en su vida y, un poco agobiado, le reclamó a los Maestros y a Dios: ¿Por qué no me dan un instructivo, una guía para que sepa cómo debo hacer mi trabajo? Todo el tiempo voy a la deriva, sin rumbo fijo y, la mayoría de las veces, no sé cómo debo actuar. ¿Por qué no tengo el dinero que necesito para tener una vida decente? Si ya cumplí con la misión que me habían encomendado, ¿por qué no estoy teniendo beneficios?.
Y, a pesar de que se encontraba molesto, Ramavaján en ese momento escuchó una voz en su interior que le respondió: Tú así lo planeaste… Nuestra reacción no se hizo esperar: ¡¿Qué? ¿Cómo que así lo planeé? ¿Cuándo?! –demandó enojado. Yo (Sharover) me sentía igual que él. Antes de venir aquí, a esta vida, tú lo planeaste todo; planeaste cómo iba a ser tu vida, con quiénes ibas a encontrarte, de quién ibas a enamorarte, los hijos que ibas a tener, todo, absolutamente todo lo que estás viviendo, fue tu idea, tu estrategia -le dijeron nuestros Guías Espirituales.
Al inicio de cada etapa de nuestra misión, los Maestros nos echan baldes de agua fría con mensajes similares a éste. Sin embargo, nos hacen reflexionar en lo dicho y, de ese modo, modificamos nuestro comportamiento y mejora nuestra energía.
Nos ha costado mucho trabajo aceptar esto: Los problemas que enfrentamos, los amigos y los enemigos con quienes nos encontramos, todas éstas han sido pruebas que nosotros mismos elegimos y que diseñamos antes de llegar aquí, para aprender, para fortalecer a nuestros seres.
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