
Los seres humanos nos protejemos con máscaras de soberbia que impiden que mostremos nuestro verdadero ser
CDMX, 6/8/2014. Para esta concentración, los Maestros nos pidieron que compráramos flores rojas y blancas. Ramavajan me comentó: hay muchas personas en el mundo que están enfrentando procesos de crecimiento espiritual en estos momentos; principalmente son pleitos de demonios contra demonios. También puedes ver que por doquier se están presentando muchos pagos de karma. Y como correspondía abrir otro de los siete cilindros del Rey Salomón, fuimos a comprar las flores que nos pidieron.
Al regresar del mercado a la casa de Ogipter, nuestros Guías Espirituales advirtieron: ésta va a ser una meditación muy larga; tienen que sentarse con los pies cruzados; coloquen sus manos con el mudra de "pistola" (enlazadas y apuntando con los dos dedos índice), sólo que la energía que van a estar produciendo la enviarán hacia la Tierra, hacia abajo. Colocamos las flores alrededor del vórtice por el cual ingresamos al armagedón y seguimos respirando profundamente; los Maestros dijeron a Ramavajan: este cilindro que vas a ver al entrar a la cueva es el del amor. Nuestro líder cerró sus ojos y dijo: yo sólo me sé la clave para abrir la puerta y que tengo que poner el pulgar en el primer cilindro que me pongan enfrente.
Sin que pasaran muchos minutos, nuestro líder ingresó a la caverna en el etéreo, abrió el recipiente que vio primero y liberó la energía que contenía. Después de que abrimos los ojos, los Maestros lo felicitaron por la velocidad con la que pudo abrirlo y dijeron: esta energía de amor que acabas de liberar va a purificar a todos los demonios de su mundo.
Nos pusimos a platicar de diversos temas y Ramavajan reconoció que ha sufrido cambios en su persona: las energías alfa del Cristo que hemos estado manejando estos últimos años me han cambiado; he notado que ahora pienso mejor y hasta me expreso mejor. Antes, hace muchos años, yo era más despierto, más contento y divertido. Sin embargo, por situaciones del destino ya había perdido esa forma de ser que tenía cuando era joven —y estuvo agradeciendo que recientemente ha podido liberar muchas emociones basura que traíamos para cumplir nuestro cometido.
Los Maestros comentaron: el trabajo de integración que están realizando es para generar consciencia, para que valoren todo lo que tienen. Después de estar platicando, Ramavajan dijo: me doy cuenta de que no he valorado todo lo que me han dado nuestros Guías Espirituales, hasta estos momentos me está “cayendo el veinte” de que siempre he tenido muchos apoyos económicos —reconoció. Recuerdo que, hace muchos años, a mí y a mi esposa la gente nos envidiaba, pero era por mi salud, por mi corpulencia, mis hijos, mi familia; eran muchas las bendiciones que tenía y por todo eso me tenían envidia.
Entonces recordó a su ex compañero de trabajo "Gamboa" —quien era diabético y que frecuentemente lo molestaba— pero, cuando fueron a una fiesta de fin de año, Ramavajan se comió numerosos postres enfrente de sus narices y después ese mal amigo jamás volvió a incomodarlo. Después recordó cuando su suegra le reclamó diciéndole: ¿por qué tú nunca te enfermas?, y así seguía meditando, por lo que dijo: después de ver todo me ha pasado en mi vida; incluso que me he caído y me he lastimado; hasta hoy advierto que todo eso sucedió para que pudiera mejorar y sanar mi interior (sus emociones basura). A lo mejor mi trabajo en esta ocasión es valorar todo lo bueno que me han dado —comprendió.
Entonces pregunté a los Maestros (a través de la conexión de nuestro líder) sobre una compañera de trabajo, e inquirí: ¿se les puede ayudar a los demonios en todo? Y dijeron que sí, pero Ramavajan aconsejó: los oscuros —en caso de que deseen ser mejores— tienen que entender que, con nuestras técnicas van a cambiar su forma de ser en vida; es decir, van a modificar por completo su forma de conducirse, ya que las frecuencias que obtenemos empiezan a transformarte desde adentro. Además, si reinciden en hacer el mal, se les va a venir el mundo encima. Si no están ciento por ciento seguros de que desean la transformación de sus personas, ¿para qué vienen? Mejor que no se metan en esto, ya que aquí se maneja la Verdad Divina. Tienen que venir con la convicción de un cambio de vida; y el éxito dependerá de su actitud, de cómo tomen el proceso.
Ahora recordó la reciente caída que tuvo y reflexionó: me pude haber muerto. Ya me conoces, me importaba poco todo. Sin embargo, si hubiera muerto, me doy cuenta de que estaría en paz conmigo mismo y por todo lo que he hecho. A lo mejor me deben, pero yo no debo nada. Me puedo ir de aquí tranquilo y, lo más chistoso, es que no me voy. ¿Por qué tenemos que morir los seres humanos? Es por las maldades que hemos hecho. Ése es el miedo a morir, que las personas no hacen el bien; como deben mucha energía (que se robaron), mucha amistad, atención y amor al prójimo, por eso temen morirse; yo estoy bien porque siento que no debo nada.
Entonces se refirió a mí: ¿y tú, cómo te sientes, Sharover? ¿te sientes a gusto con lo que has hecho? Y aunque me incomodó un poco su referencia a mi persona, como pude dije: actualmente ya no hago daño; gracias a ti ayudé a mis papás (se liberaron por la intervención de Jesús el Cristo y nuestro líder) y quedé muy tranquilo cuando abandonaron la materia, a pesar de que son eventos fuertes; me parece que no tengo muchos remordimientos —dije. Y entonces habló del Bruce (su hijo en otra vida): si se muere el Bruce no habría remordimientos. La gente tiene miedo de morir porque, en el fondo, lo saben, saben que deben. Lo que les comentes les pega, les duele. Dicen: "yo hago el bien", pero ¿de qué? Y les dices algo que ves algo erróneo y se sienten mal. Pasa lo mismo con los árabes y judíos: ambos dicen “nosotros somos muy buenos, no les hacemos ningún malo a los demás”, pero la realidad es distinta.