
Los seres humanos nos protejemos con máscaras de soberbia que impiden que mostremos nuestro verdadero ser
MORELOS, 6/1/2018. Un día antes del día de Dios, fuimos nuevamente a meditar al sitio arqueológico de Xochicalco, pero ahora con Nelluuz. Al llegar a la "pirámide de la fe inquebrantable", pregunté a los Maestros con qué divinidad íbamos a realizar esta concentración, pero recordé que nos habían dicho que Santa Bárbara —la principal protectora de Ramavajan— era quien personificaba la fe indestructible, así que la invoqué y comenzamos a meditar enfrente de este recinto (nota interesante: en junio de este mismo año nos dirían que Nelluuz es Santa Bárbara).
Hice esta oración: divina Santa Bárbara, tú que te dejaste violentar por tu padre y que tuviste una fe inquebrantable, ayúdanos a tenerte siempre presente; con tu poderoso rayo fulmina a las personas que nos afecten, sin que perdamos avance en nuestro camino de evolución; te agradecemos que nos permites estar con Nelluuz aquí, en este lugar sagrado de Xochicalco, y saludamos también a todos los seres que residen y protegen a esta plaza, amén.
Nos movimos a otro lugar dentro del recinto arqueológico; nos colocamos debajo de unos arbolitos muy agradables —donde detectamos un vórtice energético— y allí efectuamos una segunda concentración, pero ahora para obtener energía de libertad. Entonces le pedí a Nelluuz que dirigiera la meditación y preguntó: ¿a quién vamos a liberar? Y le dije: ¿pues cómo que a quién? a nuestro maestro y líder Ramavajan y a nosotros, su grupo. Le expliqué que todos estamos amarrados aquí en este mundo y que a lo mejor tú quieres liberarte de alguien quien te esté amarrando. Y reconoció que, en efecto, sí tiene a alguien.
Así habló Nelluuz: nos encontramos en Xochicalco, a un lado de las pirámides, y nos reunimos para liberar a Ramavajan aquí encarnado de todos los amarres que tenga, también a Sharover, para desatarlo de cualquier situación negativa en la que se encuentre, y a mí (dijo su nombre completo), para desatarme de cualquier situación en la que me encuentre. En estos momentos nos ponemos en manos de la Virgen de Guadalupe, de San Miguel Arcángel y de Merlín, quienes nos van a ayudar a liberarnos. Gracias y amén.
Concentrándose, nuestra hermana Nelluuz comenzó a hablar en lengua sagrada (escuchar el audio a continuación). Estaba muy triste; lo que entendí en ese momento es que se dio cuenta de lo atado que tenían a nuestro líder; incluso lloró al darse cuenta de su dignidad espiritual y presenciar lo sometido que lo tenían, ¡el Ser encarnado está siendo devastado por el mal, qué horror! De inmediato pidió a la divinidad que lo liberen de estos amarres.
Te tenían atado energéticamente de arriba hasta abajo y por el corazón —nos comentó Nelluuz al terminar la meditación. Era un trabajo muy negro el que te pusieron. Entonces nuestra hermana nos explicó la visión que tuvo: haz de cuenta que yo era la hija de un rey, que te estaba diciendo a ti lo grande que eras, lo que tú realmente estás dejando ir por esas dudas que tienes. Entonces yo decía: "¿por qué no, por qué no si yo te tengo que servir a ti?" Esa era la parte de lo que yo entendía de lo que te estaba diciendo. Lloraba porque tú no me hacías caso acerca de que “hazlo, haz lo que tienes que hacer”. Y esa parte de quitarte todo el daño que te están haciendo.
Algo similar he sentido con respecto a Ramavajan —les confié a ambos, y Nelluuz añadió (dirigiéndose a nuestro líder): no se vale que, siendo una persona tan poderosa, en primer término no te lo creas (aquí en nuestra dimensión) y, en segundo sitio, que traigas una duda increíble, enorme, de la importancia de lo que estás haciendo, de la fuerza que tienes; pero aparte que te hagan daño, que te estén haciendo pedazos y tú te dejes —le insistió nuestra compañera. Eres un cordero inmolado —le dijimos ambos al mismo tiempo.
Pero también tú te tienes que cuidar y te tienes que proteger de todo, para que no te hagan daño —continuó hablando Nelluuz con Ramavajan. Yo sé que los Maestros te están cuidando y protegiendo, pero estamos en este mundo y tú ahora eres terrenal; estamos encarnados y, por lo mismo, debes cuidar de ti. Les comenté: es decir, lo que te ha estado faltando es desarrollarte aquí, en nuestra realidad —Nelluuz coincidió y expresó: no te la pases echando pestes del mundo; tú vives en él. Acéptalo, toma lo que a ti te place obtener y lo demás déjalo; no te apegues a nada, porque te va a doler mucho, mejor despégate. Ama lo que eres y lo que tienes, pero sé despegado —remarcó.
Y le recordé a nuestro líder que, precisamente, aquí y ahora estamos haciendo un trabajo de libertad. Pero ahora Nelluuz le aconsejó sobre su esposa (quien, por estas fechas, lo había engañado): fueron cuarenta años o treinta los que han estado juntos, pero ya llegó el día en que la debes dejar ir —le reprendió nuestra compañera. Agarra la experiencia de esas tres o cuatro décadas; no te estés machacando una y otra vez conque "cómo perdí el tiempo con ella, qué doloroso es", etc, sino suéltala. Y bueno, ama a los que tienes cerca, que en este caso, son tus hijos. A tu pareja, si la quieres, amarla; y si no, pues respétala y vela con ojos de amor. ¿A quién tienes que amar sobre todo? —cuestionó, y Ramavajan contestó: a mí mismo. Y estuvimos de acuerdo. Entonces nuestro líder me explicó: se la ha pasado regañándome tres días contando el de hoy —y me reí un poco.
Hasta ese momento no sabíamos cuál era el nombre espiritual de nuestra compañera, por lo que pregunté su mote a los Maestros, y dijeron algo así como "Nelliuz", que significa "hija de la luz". Curiosamente, el nombre que me iban a poner mis papás era el de Luz —dijo ella para nuestro asombro. Ramavajan seguía escuchando el nombre a través de su conexión: es con doble "u" y con doble "l", es decir, Nelluuz. Los tres acordamos que es un nombre espiritual muy bonito. Pregunté a los Maestros: ¿ella es una virgen? y dijeron que sí. Entonces deduje: tú saliste directamente de la luz; naciste de luz como lo haría cualquier virgen concebida directamente por Dios. Entonces le platiqué de mis conocimientos tibetanos: eres como Padmasambhava, naciste en un loto, del Espíritu Santo. Y les recordé que, en Xochicalco, reside esa manifestación divina (el Espíritu Santo). Nelluuz dijo: yo traigo al Espíritu Santo.
Explicó que ya trae en su interior al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Pero Ramavajan bromeó: ya le estoy cobrando una lanita por traer en su interior a Jesús, pero no quiere pagarme. Y reímos de su ocurrencia. Voy a hacerte un cheque en blanco por prestarme a Jesús —agradeció ella. Y Ramavajan bromeó (sabiendo de su situación económica): de todas maneras ese cheque no tiene fondos. Y nos carcajeamos.
Desde la ocasión anterior en la que visitamos esta zona arqueológica, nuestros Guías Espirituales nos indicaron que debíamos "dejar nuestra marca" en algunos espacios que tenían que ser amarrados hacia la luz. En ese momento —y sin que se lo dijeran los Maestros— Ramavajan ya estaba dejando su marca en otra de las aristas de una pirámide. En lo que nuestro líder iba a otras áreas que le indicaron a dejar su energía, Nelluuz me preguntó: ¿y ahora de qué hacemos la otra concentración? Le dije: mañana es el día de Dios, déjame pensar qué podemos hacer.
Al regresar nuestro líder, pregunté qué trabajo nos recomendaban realizar y nuestro líder dijo: ahora tenemos que manejar una frecuencia más concentrada, más potente. Sacamos los cuarzos que llevábamos para esa ocasión y Ramavajan me pidió que condujera la práctica. Éste va a ser un trabajo importante; tenemos que movernos hacia aquella zona y concentrar la fuerza. Nos movimos y nos colocamos formando un triángulo, poniéndonos muy cerca el uno del otro (para potenciar la energía). En eso nos dijeron que la meditación iba a ser con el profeta Sofonías. ¿Y quién carajos es Sofonías? —dijo Ramavajan, impertinente como siempre. En ese momento, el Profeta Sofonías le reclamó: ¿porque nunca te acuerdas de mí? Y como anteriormente no nos lo habían mencionado, nuestro líder dijo: compa, es que nunca te apareces… y nos reíamos de las ocurrencias de nuestro hermano y líder, quien no deja de sorprendernos de la miríada de seres espirituales que contacta.
Bueno, ya estás aquí —le mencionó Ramavajan a Sofonías. El trabajo va a ser contra los demonios —comentó el profeta, porque ellos siempre les han faltado al respeto a Ustedes, a las personas de luz. Entonces, alguien que es insubordinado, grosero e insolente, ¿conviene que lo dejes con un grupo de personas buenas? —nos preguntó y respondí: no, porque va a contaminar a todos —dije. Así es y te van a distraer de tu cometido; te van a estar molestando todo el tiempo. Entonces se tiene que acabar eso, esa insolencia. Ser insolentes con todos no es bueno. En eso Ramavajan intervino: acuérdate que, al principio de nuestra misión, yo quería "barrer parejo" y los Maestros no me dejaron. Al parecer, es porque los demonios tienen la posibilidad de cambiar. Pero hay un aspecto importante, ellos están muy influidos por la soberbia y por el ego; esos aspectos no dejan que los demonios busquen la superación espiritual; los nubla demasiado.
Ellos —continuó nuestro líder, sólo piensan en lo que conocen de este mundo. Sí, en lo material —dijo Nelluuz, y Ramavajan complementó: cierto, ellos sólo se preocupan por tener propiedades, poseer a su mujer, generar dolor en los demás; es decir, siempre tienen que estar lastimando a otros. Nosotros, las personas del camino blanco, lo que tratamos de hacer es lo contrario, cuidarnos, apapacharnos y protegernos entre nosotros. Aunque ahora ya hay más personas de luz actuando, antes participábamos muy pocos. Y también tú te das cuenta de que el proceso al que tenemos que someternos para liberarnos de los karmas y la maldad es muy pesado, no cualquiera lo aguanta. ¿Cuántos amigos, aunque son de luz, no han soportado las primeras limpiezas y se han ido corriendo? San Pablito es un ejemplo —recordó. ¿Qué les provoca eso de salir corriendo? Sus miedos, el temor de saber que están muy contaminados. Las aprensiones no te dejan crecer, desarrollarte, vivir a gusto y ser feliz —explicó.
¿Y por qué se tiene que dar la destrucción de lo malo? —preguntó Nelluuz; pongamos un ejemplo —contestó nuestro líder; un animal que está muy agresivo, de repente te ataca; ¿qué es lo que tienes que hacer? Someterlo —contesté. Va a ser muy difícil que lo sometas. Un perro rabioso lo tienes que destruir, no tienes otra opción. O sea, si se te avienta un tigre con toda su fiereza, ¿qué haces? No puedes acariciarlo y platicar con él; va a matarte —explicó. Como están las cosas en nuestro mundo, había que hacer cambios drásticos; lo mismo ocurre para que las personas crean en nosotros, hace falta que la realidad cambie mucho, para que la gente diga: "sí, lo que dicen es cierto, sí está pasando eso". Tú (Sharover) me lo dijiste una vez, para que la gente crea en Ramavajan tendríamos que hacer algo que los sorprendiera mucho. Pero acuérdate que, a la mayoría de las personas, no les gusta sufrir (como ha tenido que ser con nosotros); de repente sentimos piquetes en la espalda, o nos da una comezón insoportable en un pie. Una muchacha a la que estábamos sanando, aunque ella manejaba mucha energía y conocía el manejo con los cuarzos, un día que se le salió un demonio terminó vomitando. La gente piensa que tiene mucho poder y no lo tiene. No tienen cómo medirlo, no tienen parámetros. Aparte, su ego empieza a sobreponerse —aclaró.
Lo mismo pasó con el "tlatoani" de Patricia (Ma Magdalena), ¿recuerdas el trabajo que hicieron en Tajín, cuando me conecté con ellos? ¿No se estaban muriendo tres de ellos? Como abrieron unos portales y luego no sabían cómo cerrarlos, la energía se les puso en contra. Estuvieron trabajando en un centro de poder durante toda la noche, eso es demasiado; míranos a nosotros; hacemos meditaciones cortas de 10 a 15 minutos máximo y son muy pesadas, al día siguiente nos duele todo. Por eso esas personas que no saben cómo manejar la energía se enferman y se decepcionan mucho; terminan abandonando el proceso. Y cuando tienen éxito, por su mismo ego, comienzan a sentir que son gente superior, cuando no lo son. Les entra la codicia —lo interrumpí, pero él continuó: lo que le decía el otro día a Nelluuz, estamos en casa, nos dieron toda la energía y las armas para hacer lo que queramos. Y no dependemos de una veladora o de un tabaco, (aunque sí los hemos utilizado). Nosotros lo que hacemos no requiere de muletillas y no tenemos que estar metidos en un temazcal, sufriendo calores extremos, forzando al cuerpo para que pueda reaccionar; porque ellos, las personas menos acostumbradas a estos manejos, están blindados con sus emociones basura, que son muchas.
Con todos los sentimientos negativos que tenemos—insistió nuestro líder, las envidias, venganzas, miedos, etc, si descubres todo lo que tienes en tu interior, te vas a espantar. En los temazcales hacen eso; fuerzan al cuerpo al máximo para que se sacudan por dentro y se les salgan las energías malas, luego hasta se andan desmayando. Nosotros no necesitamos hacer eso. Es como lo que te decía del Cha-charlie (mi compañero de la escuela), se tomaba unas copas y era otro, se transformaba en el más galán y apuesto. Nosotros no necesitamos meternos sustancias para poder sacar lo malo, con nuestras técnicas vamos a quitarnos el cáncer desde la raíz. ¿Qué te dicen? mata al perro y se acaba la rabia; a lo mejor personas de otros grupos dirán: “pero no hay por qué ser tan drásticos, si nosotros somos de luz y amor”. Sí, pero a un perro rabioso (como el anticristo), por más que lo acaricies y lo apapaches, él está enfermo, tiene una enfermedad mortal; tienes que ponerle un alto. Así es como está la gente del mundo, está enferma y necesitan un remedio extremo.
Pregunté: "allá arriba", en los niveles superiores, ¿están convencidos de que hace falta un evento fuerte en el mundo para que las cosas mejoren? Me dicen que sí —transmitió nuestro líder. Porque ya se están dando cuenta de lo que yo decía: hace falta hacer un "borrón y cuenta nueva". Lo que pasó contigo fue chistoso, porque Nelluuz justo me llegó con la misma idea de querer cambiar a los demás. Tú te enojabas cuando yo te decía que hay que quitar el cáncer de raíz. A ella me la cotorreé y se molestó; ahora ya está aprendiendo a no enojarse. Ella era como tú: "vamos a curar a todo el mundo". Órale —le contesté. ¿Y quién se deja curar? Lo tratamos de hacer en el grupo de Janalaida y no funcionó; entonces, ¿qué pasa con esos integrantes de los grupos esotéricos? Es pura apariencia, nada más están allí por moda y para ver “qué agarran”, pero no tienen un interés real en crecer espiritualmente.
Es como con mi hermano y su esposa —añadió Ramavajan; todo el tiempo me están diciendo: "qué bonito es Janalaida, qué padre se la pasa uno allí", pero nunca van, no llegan a ir nunca. Y le dije: "son de los que piensan que, por mandar unos "buenos días" o "buenas tardes", su alma ya se liberó de algo. Exactamente le acabas de atinar a cómo son —contestó nuestro líder. ¿Y cómo vas a hacer que ese tipo de personas crezca?
Los Maestros entonces sugirieron: hagan algo sorprendente, y Ramavajan respondió: ¿cómo? es como con esas personas millonarias que no pueden disfrutar del dinero que tienen, ya que temen que lo vayan a perder o se los vayan a quitar. Y después de recorrer las ruinas arqueológicas en busca de un nuevo punto en el cual pudiéramos trabajar, nuestros Guías Espirituales dijeron: ya fue suficiente con la energía que manejaron hoy, por lo que mejor emprendimos el regreso hacia CDMX.