Los seres humanos nos protejemos con máscaras de soberbia que impiden que mostremos nuestro verdadero ser
Dios juega de nuestro lado
México ha sido el primero en purificarse, pero también será el primero en recibir beneficios
Guerrero águila en la representación de los Estados de la República del 2022 (Expo Turística en Av. Paseo de la Reforma, CDMX)
Cambios no imaginados
CDMX, 18/7/2011. A pesar de la intensa purificación a la que hemos sido expuestos históricamente los mexicanos, a pesar de las penas, el dolor, la duda y la desesperanza, ésta, nuestra patria, es Tierra Santa y en este campo ahora Dios juega de nuestro lado (gracias a que fue posible quitarnos de encima al mal). Por los cambios energéticos efectuados, los Maestros Ascendidos nos dijeron: Dios juega de su lado; verán que naciones pequeñas van a comenzar a resurgir y vencerán a los grandes; en general los países pequeños destacarán como nunca habían podido hacerlo.
El partido mágico
No recuerdo si era un partido de México contra Holanda pero, a pesar del juego vertiginoso de esa potencia del fútbol soccer, los mexicanos nos defendíamos como si de ello dependiese nuestra vida. Los europeos corrían, entraban al área chica, trataban de disparar pero eran bloqueados; daban la vuelta, hacían hasta lo imposible por meter el gol en nuestra portería, pero la pelota pegaba en el poste y se salía del campo. Sus mejores jugadas, los mejores tiros eran pifias; la desesperación comenzaba a minarlos ya que, por más que intentaban vencernos, no podían. En otro momento me pareció ver que el balón rebotaba erráticamente… hacia afuera del campo, ¡como si Dios lo estuviera empujando!
Cambia la suerte de los pequeños
En diferentes encuentros hemos visto que naciones pequeñas comienzan a resurgir, como es el caso de Paraguay, un equipo que siempre se vio frustrado ante gigantes del balompié como Argentina y Brasil. Pero en torneos recientes, ya no pueden someterlos. Y es que, a pesar de todos los beneficios que el mal le daba a los poderosos, ahora las cosas están cambiando y, como dice Ramavajan, contra Dios, nadie puede. En próximos años países pequeños van a destacar, las reglas del juego ahora son como siempre debieron ser.