Los seres humanos nos protejemos con máscaras de soberbia que impiden que mostremos nuestro verdadero ser
CDMX, 30/11/2017. La confianza es otro de los pilares fundamentales de la opulencia —nos dijeron los Maestros en esta fecha. Nuestro líder comentó: recientemente le dijeron a Nelluuz: "al reunirte con Ramavajan llegaste a casa" y yo (Sharover) le confesé que lo mismo me ocurrió a mí cuando me lo encontré en esta vida, hace doce años. Llegar a casa es saber cuál es tu misión en esta vida —dijeron en ese momento nuestros Guías Espirituales. Cuando estás en casa, sabes a dónde vas, ya no estás solo; entras a un grupo especial, te unes a un equipo que tiene un rumbo, una dirección específica a la que va a conducirte; en esta familia que somos en Gudai-Shambhala, nos apoyamos entre todos —afirmaron.
Hay personas del camino contrario (sobre todo quienes tienen demonios en su interior) que no pueden ingresar a nuestro grupo; ellos no pueden ser parte de nuestra misión —explicó Ramavajan. Y esto es así porque, en ciertos lugares, al hacer ciertas meditaciones, las personas que estén con nosotros se van a ir integrando con mi energía. Es decir, estando en Gudai-Shambhala van a completarse, se les van a ir saliendo sus energías malignas; también al limpiar sus karmas con Ollin-Ra Gadeshi se pueden evitar traiciones (que todos nosotros, por nuestras mismas contaminaciones, podemos crear). Quien llega a su verdadera familia, quien descubre su destino, deja atrás el mundo de engaños, traiciones y miedos en que vivimos. De pronto, tienes a alguien en quien confiar, un apoyo que te da sabiduría y sabes que encajas perfectamente en el grupo, que embonas; incluso hay un espacio que estaba reservado para ti —aseveró.
Nuestro líder explicó que existe un proceso de adaptación para ingresar a nuestro equipo: el o la iniciada manejarán ciertas energías conmigo que tienen que asimilar en su interior; de momento sentirán que pertenecen a este nuevo lugar. Los Maestros Ascendidos te ubican, te colocan en donde tienes que estar. De nuestros Guías Espirituales, todos son importantes y tienen el mismo nivel de jerarquía; por ejemplo, San Jorge (el alma que comparto con Sharover), posee el mismo nivel e importancia que la de San Francisco. Cuando el iniciado llega con nosotros, es como un niño que llega a casa después de haber estado perdido; todos están atentos de él o ella; se siente acogido, bien recibido, percibe el calor del hogar. Después de vivir en la calle, abandonado, al encontrar un oasis y estar en el interior de una familia que te quiere, eso lo es todo. Eso es estar en casa, es sentir nuevamente el confort, saber que todos vamos para el mismo lugar, que compartimos el mismo destino. Sabes que somos buenos, que somos como tú; no queremos estarnos aprovechando de ti, ni de los demás del grupo. Somos del camino del amor y nos embonamos el uno al otro.
Quien no pertenece a nuestro grupo, no cuadra, no embona —redundó nuestro líder. En cambio, para quienes pertenecemos a esta familia, sentirse protegido, protegida, lo es todo. Todos te cuidan, te aconsejan, importas para los miembros de la misión. Ésta sí es una verdadera familia, es amor, es confianza. Aquí puedes confiar y creer en el líder (que soy yo). Al ingresar a esta familia, te sales de otros grupos que nada más te estaban quitando energía, tiempo y dinero. Te separas de las mentiras de personas manipuladoras y abusivas. Llega tu papá, tus cuidadores y te abrazan; ya estás aquí, ya llegaste a donde tenías que llegar. Estabas huérfano, huérfana, solo(a), pero has sido encontrado. Los seres humanos necesitamos saber de dónde venimos, a quién pertenecemos; es una necesidad básica, pero en este mundo, sin un equipo real, verdadero, estás solo, vives al abandono, estás desolado y sin consuelo. Pero aquí, con nosotros, vuelves a la vida.
Muchas personas no entienden estas palabras, porque en realidad no forman parte de nuestro grupo —comentó Ramavajan a manera de conclusión. En nuestra vida y en nuestro grupo (Gudai-Shambhala) poder tener confianza en algo o en alguien es un tesoro, un regalo muy, pero muy importante —finalizó.