Los seres humanos nos protejemos con máscaras de soberbia que impiden que mostremos nuestro verdadero ser
Tú salvaste mi vida -Ashtar Sheran
Créditos: paisaje marciano (NASA) / Fondo estrellado: Catálogo Caldwell (NASA) / Imagen del comandante por Francisco Gomes (Porto Alegre)
El agradecimiento del comandante
CDMX, 1/01/2010. Un día que solicitábamos información a Saint Germain (a través de la conexión de Ramavaján), de repente se metió en la conversación el espíritu de Ashtar Sheran, casi a la fuerza: Discúlpame, hermano, pero tuve que meterme porque ¡nunca me dejas hablar contigo! –comentó el comandante galáctico. No me dejas agradecerte lo que hiciste por mí en la guerra de Haleyabas contra los friones, en la batalla de los mares de Marte –exclamó. Eres un ser humilde, pero todos deben saber lo que hiciste cuando todo estaba perdido para mí -expresó emocionado.
Recordando cuando casi muere
Comenzó a recordar el Maestro Sheran: Era una batalla feroz, habían muerto casi todos mis guerreros. La pelea estaba prácticamente perdida y me quedé solo, estaba muy herido y agotado. Pero tú llegaste a rescatarme. Yo me encontraba casi inconsciente pero, cual guerrero valiente que eres, sin miedo alguno que te detuviera, combatiste fieramente a mi lado (hay que decir que, como traíamos un uniforme muy parecido y para ellos tú y yo somos similares, algunos soldados del ejército contrario pensaron que había resucitado de entre los muertos y que ahora había emergido como un espectro a atacarlos, por lo que estaban aterrados).
Honor a los grandes
Después me colocaste detrás de una roca para que nadie me viera y saliste corriendo detrás del comandante supremo de los friones*, atacándolo sin piedad hasta que lo mataste, y gracias a ese acto tuyo de valentía inigualable pudiste salvarme y los vencimos -explicó agradecido Ashtar Sheran, y concluyó: Nunca me dejaste agradecerte el que me salvaras la vida, y no le diste mucha importancia a ese acto heroico tuyo, como si nada hubiera ocurrido. Pero gracias a ti estoy aquí, hermano; no dejes de saber que la Fuerza de Dios y mi corazón están siempre con Ustedes.
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*Se refiere al general Mefistófeles